domingo, 15 de abril de 2012

PRÓLOGO

Tomamos unas cervezas para aplacar el calor vespertino de los primeros días de septiembre mientras esperamos a que Óscar y Fátima hagan su entrada estelar en el salón de bodas, una vez cumplido con el rito de la sesión fotográfica que sigue a cualquier enlace nupcial. De repente, animados por el alcohol de la rubia bebida, surge la idea de montar un viaje para visitar Praga, una de las ciudades centroeuropeas con más encanto turístico y cultural aparte de una ser poseedora de una fama bien ganada por la calidad de sus cervezas; las fecha elegida, el mes de febrero.

Isabel, que trabaja hace dos años en la capital checa, nos anima a que vayamos a verla y de paso hagamos un poco de turismo. Algunos de los presentes ya conocíamos el destino de anteriores ocasiones, otros desean contar con Praga entre sus ciudades visitadas. Muchos son los que en un principio se interesan por el viaje pero al final la expedición la componemos ocho personas; Marta, Javier, Rubén, May, Óscar, Fátima, Alberto y Miguel Ángel. En Praga nos esperan Isabel y Matt, para compartir algunos momentos y etapas del viaje con el resto.

Lo que en un principio se plantea como una escapada de tres o cuatro días para que algunos tengan una primera toma de contacto con Praga y otros recuerden visitas precedentes, se convierte en un viaje de una semana completa, tiempo más que de sobra para recorrer a fondo el destino. Y ya que estamos allí, las proposiciones surgen y finalmente decidimos extender nuestras ansias de conocimiento y ampliamos objetivos con dos propuestas adicionales. Por un lado, queremos dejarnos atrapar por la atmósfera claustrofóbica que destila la visita a la población de Terezín, especialmente conocida por el campo de concentración alemán Theresienstadt instalado en ella durante la Segunda Guerra Mundial (a 60 Km. de distancia de Praga). La otra elección resulta más colorida y pasa por una excursión de fin de semana, coincidente con los carnavales, a la localidad de Český Krumlov, la perla de la región de la Bohemia Meridional (a sólo 180 Km. de Praga).

Además de lo comentado tenemos en mente realizar un par de actividades extra en la capital, aparte de las consabidas e imprescindibles visitas a monumentos, enclaves y emplazamientos con mayor encanto y peso histórico. Una de ellas es asistir a la representación del ballet “El lago de los Cisnes” por una compañía rusa en el Teatro Nacional, edifico colosal e imponente ubicado a orillas del río Moldava que fluye por la ciudad. Y como contrapunto a lo anterior, presenciar en vivo un partido de hockey hielo -un deporte con mucho adepto en la República Checa- dentro del complejo deportivo del Tesla Arena.

Con estas premisas nos ponemos a organizar el viaje y todo lo referente a desplazamientos, hoteles, entradas, tickets y reservas. Ya sólo es cuestión de planificar y esperar a que lleguen las fechas señaladas en nuestro calendario particular.