domingo, 15 de abril de 2012

EPÍLOGO

Un viaje a la República Checa debe ir indefectiblemente unido a un paso obligado por su capital, Praga, que a su vez es referente de la ensoñadora región de Bohemia. Es una ciudad hecha para pasear, para retrotraerse a tiempos pretéritos de la época medieval al contemplar sus edificios, parques y calles empedradas.

Una ciudad que se puede disfrutar en todas las épocas del año, teniendo en cuentas pros y contras de cada una de ellas, y que además sirve de centro de operaciones para conocer otras zonas del país.

Constituye un destino ideal, tanto para los que la visitan la primera vez como para los que ya la conocen, siempre depara lugares nuevos qué conocer o simplemente la posibilidad de volver a disfrutar de los ya conocidos. Porque es una ciudad de cuento de la que uno nunca se puede cansar…

Sobre todo en la mejor compañia que uno puede tener...


...en especial en los momentos que quedan lejos del alcance del objetivo de una cámara.


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